El proceso de lectoescritura en los niños debe ser motivado con los cantos, las conversaciones y la lectura de los padres.
Cuando los bebés escuchan la voz de sus papás y sienten su cuerpo comienza el aprendizaje de la lectura.
La narración oral es el principal medio que le muestra al infante el real funcionamiento del mundo. Sin embargo, es necesario complementar su análisis con libros de imágenes, comenta Claudia Rodríguez, coordinadora de los programas de lectura de Fundalectura.
Las expresiones de afecto, como una sonrisa o un abrazo, también fundamentan el deseo de aprender, según Ruth Chacón, docente de educación de la Universidad El Bosque.
El primer acercamiento con la literatura se hace a través de los libros de ilustraciones. Estos enriquecen su imaginario y aumentan su sensibilidad, afirma la coordinadora de los programas de lectura de Fundalectura.
Aunque el pequeño no entiende el significado de las palabras, a través de las imágenes genera códigos que estructuran su mundo simbólico. También las canciones de cuna crean lazos afectivos y se convierten en un primer acercamiento a la lectura.
El cuento ideal
El objetivo del texto es que construya el lenguaje y ayude al niño a lograr una buena relación con el entorno.
Es ideal que los libros sean tanto literarios como informativos y que tengan ilustraciones de animales, medios de transporte o elementos del espacio. Recuerde que su hijo resuelve, a través de los cuentos, lo que le ocurre como individuo, de acuerdo con el libro 'Psicoanálisis de los cuentos de hadas', del escritor Bruno Bettelheim.
Si busca convertir la lectura en hábito, invente una historia antes de dormir, donde ambos hagan parte de la fantasía.
Recurra a la imaginación, use elementos para simular el ambiente y haga cambios de voz o dramatizaciones.
Complemente la lectura con estímulos táctiles e imite los movimiento de los animales.